Ética Para Amador

(Fernando Savater)

La ética según el autor es el saber vivir, conocer lo que nos es dañino como los que nos es benéfico, siempre atendiendo a nuestra libertad acorde a nuestro libre albedrio. La ética si bien es algo que no se aprende o enseña de manera puramente formal sino vivencial, es un dogma muy frágil y voluble, flexible y limitado por las acciones intrínsecas de lo que nos rodea, todas estas fuera de nuestro control y por tanto creando una relación entre libertad, la ética y lo que mejor nos va. En lo personal, el estudio de la ética resulta un tanto tosco y absurdo, pues estas mismas interacciones y su flexibilidad la hacen un campo un tanto pedregoso, pues se atiende primeramente a las necesidades primordiales de la supervivencia, y tomando en cuéntala necesidad del humano por vivir e interactuar en aglomerados con fines comunes. El estudio de la ética si llega a producir algún conocimiento este seria mas una curiosidad que un conocimiento práctico, este momentáneo, pues la ética, la moral y los valores cambian a los tiempos conforme nuestra sociedad lo hace.

Vivir en este conjunto de personas, en principio por instinto de supervivencia según Thomas Hobbs, nos lleva a la privación de algunos de nuestras libertades y derechos, partiendo de que el hombre es un ser solitario unido por el solo instinto ya que así aumenta sus posibilidades y le permite una vida más fácil, para esto sede algunos de sus privilegios a una sola persona considerada el jefe o lider, que por esta sucesión libera de algunas preocupaciones y asegura el bienestar del conjunto. Desde la familia pasa algo similar y las ordenes decretadas por estas personas por encima de nosotros, el autor las considera obligaciones, algo que tenemos que cumplir por que nos conviene o bien por el miedo hacia quien nos las hace, como lo podrían ser las leyes que llevan su castigo, esto sería una moral filosófica. Estar dentro de estos grupos también nos compromete a participar en el fin común, en el bienestar grupal que nos permita lograr nuestros objetivos, estas acciones entrarían en la moral Política. Por otro lado el hombre por instinto y cultura, proveniente de algo externo casi impuesto en nuestras vidas por tradición o engaño, como lo podría afirmar LaVey, con nuestra necesidad de creer en algo etéreo y con poderes sobrenaturales sobre la vida y la naturaleza, algo que nos llega a regir con dogmas sobre cómo se debe vivir en el mundo terrenal con la promesa de ganar un pase a el paraíso o bien con la amenaza de purgar en un lugar horripilante para una eternidad, esta es llamada la moral religiosa. Por último está la moral humana, un tanto más simple, atiende a las actividades que se realizan por el bien propio y por el de quienes nos importan.

Estos estigmas dogmaticos entran siempre en conflicto entre si y entre las ordenes, las costumbres y los caprichos, los cueles podrían estar en opuestos, algo que nos convenga no necesariamente nos tiene que gustar, o bien algo que nos gusta podría llegar a profanar nuestra propia moral, nuestros extremos siempre tiran y en el centro de toda esta fuerza esta nuestra decisión, nuestra limitada libertad en su más amplio momento, donde puede o no puede ser si es que así lo quiere, la elección en si puede ser tan buena como mala, todo tiene su ángel y su demonio, bien elegir lo que se quiere, lo que se nos obliga o impone por norma tiene cada uno su encanto del que lo ideal sería tenerlo en equilibrio, tan necesario es la obligación como el mismo gusto que trae el hacer las cosas, los excesos siempre se transforman en veneno y la única forma de extirparlo es la moderación, siempre en una decisión tenemos esta libertad independientemente de si es una obligación, una costumbre o un capricho, hacer lo que queremos crea naturalmente un equilibrio pues nadie que no merezca estar en yugo en si siempre es rebelde o muy obediente.

;;